Con motivo del Día Internacional de la Mujer, queremos dar a conocer un artículo en el que se reflexiona sobre la situación de la mujer en el Sector del Agua, en concreto en un Organismo de Cuenca.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer reflexionamos sobre la situación de la mujer en el Sector del Agua, la experiencia en un Organismo de Cuenca.
Para conocer la idiosincrasia de las Confederaciones Hidrográficas hay que conocer sus orígenes. Las Confederaciones Hidrográficas fueron creadas en el año 1926 como organismo autónomo e históricamente sus técnicos han sido básicamente ingenieros de caminos, canales y puertos e ingenieros técnicos de obras públicas de los cuerpos del Estado, cuestión que puede explicar la baja presencia de las mujeres en el siglo pasado.
Las Comisarias de Aguas de las Confederaciones Hidrográficas, cuya principal actividad va necesariamente vinculada con la agricultura, no podían ser ajenas a los cambios de las últimas décadas como la incorporación de la mujer al sector del agua. De esta forma, se ha visto la necesidad de incorporar una pluralidad de funcionarios con perfiles distintos y complementarios, como biólogos, licenciados en medio ambiente, ingenieros agrónomos o geólogos entre otros; perfiles estos con mayor sensibilidad medioambiental y con mayor número de mujeres entres sus titulados.
Así, en el año 2000 la Administración General del Estado comenzó a convocar procesos selectivos de los grupos superiores A1 y A2 de técnicos específicos del Ministerio de Medio Ambiente con diferentes especialidades: Conservación del Medio Natural, Calidad de las Aguas, Control e Inspección de Vertidos, Hidrogeología, Ingeniería de Saneamiento y Gestión y Control del Dominio Público, lo que supuso la aparición en la Administración de un gran número de mujeres cualificadas que fueron incorporándose paulatinamente a las confederaciones hidrográficas.
En el año 2006 también despegó la Escala de Agentes Medioambientales del Ministerio de Medio Ambiente que del mismo modo, supuso la incorporación de mujeres al Servicio de Policía de Aguas de las Comisarías, tradicionalmente ocupado por hombres.
Particularizando en la Confederación Hidrográfica del Segura contamos con datos para analizar la evolución de la incorporación de mujeres funcionarias por nivel de formación y responsabilidad entre los años 2008 y 2016. Así, se puede comprobar que la proporción es la misma en 2016 y 2008, pese a que se han incorporado más mujeres en los últimos años. En los puestos altos (niveles 22 a 30) las mujeres representan el 27% frente al 73% de los hombres. Estas cifras se invierten en los puestos inferiores (niveles 14 a 20) donde el porcentaje de mujeres es del 65%, frente al 35% de hombres.
Se comprueba el ya conocido “techo de cristal” para las mujeres en los niveles más altos, que se traduce en una muy baja participación en los puestos al más alto nivel del Organismo, como son los Órganos de Gestión, de Gobierno y de Planificación. La escasa presencia de mujeres en estos puestos en la Confederación Hidrográfica del Segura habla por sí sola. Si nos centramos en los puestos directivos de mayor responsabilidad (niveles 30 a 28), a lo largo de 90 años sólo la Presidencia del Organismo y la Secretaría General han sido ocupadas por una mujer y en ninguna ocasión las jefaturas del resto de unidades del Organismo: Oficina de Planificación Hidrológica, Dirección Técnica y Comisaría de Aguas.
Si ponemos el foco en las jefaturas de área (niveles 28), la situación no es que mejore demasiado, de 12 jefaturas de área que existen en la Confederación del Segura, actualmente sólo una de ellas está ocupada por una mujer.
Respecto a la presencia mayoritaria de mujeres en puestos de grupos inferiores parece responder, como ocurre en el resto de Administraciones Públicas, a la mayor facilidad para la conciliación familiar que ofrece la Administración frente al sector privado; ya que no hay que olvidar que las cargas familiares siguen recayendo mayoritariamente, y salvo excepciones, en nosotras. Así, se encuentran en estos grupos inferiores (grupos C1 y C2), no pocas mujeres con titulación universitaria que confían en las oportunidades de promoción profesional que les ofrece la Administración Pública.
REFLEXIONES
Aun reuniendo las mismas condiciones, la mujer lo tiene más complicado porque hay muchos elementos generacionales que hacen que le sea más difícil, que se prefiera a un hombre, que se piense que podemos esperar o que no nos importa quedar en un segundo plano.
Seguimos escuchando frases del tipo:
“¿ese coche no es muy grande para que lo lleve una mujer?”
“¡una mujer no debe ir sola en las inspecciones de campo!”
“cómo te sienta el uniforme”
O dirigirse a nosotras como nena o nenica, o como secretarias, comentarios que jamás se escucharían si la persona a la que se dirigen fuera un hombre. También la necesidad que la opinión profesional de una mujer deba venir refrendada por la de un hombre, en una reunión o visita de campo, por ejemplo.
Si hablamos de la promoción profesional, se observa que en los concursos para acceso a los niveles superiores se exige un perfil determinado a los funcionarios. ¿Es coherente que los organismos de cuenca realicen distinciones y sesgos entre sus propios funcionarios por su titulación cuando las oposiciones de acceso priman la pluralidad de titulaciones sin ninguna distinción? ¿No se estará utilizando este criterio de acceso a determinados puestos como una discriminación indirecta? ¿Es éste el único motivo por el cual las mujeres se van quedando atrás?
Qué duda cabe que existen puestos en los que debe valorarse una titulación por la especificidad de las funciones a desarrollar, pero estos puestos tan específicos en realidad son minoritarios. El acceso a cualquier puesto debería seguir los criterios constitucionales de mérito y capacidad. Son los únicos válidos que garantizan la igualdad real de oportunidades.
Somos conscientes de nuestra posición privilegiada en la sociedad. Así, la brecha salarial en la Administración pública no existe o se minimiza, puesto que sueldo base y complementos van ligados al nivel. Sin embargo, los obstáculos, los sesgos y el “techo de cristal” sin duda, frenan la presencia de mujeres en los puestos de mayor responsabilidad. Como mujeres en este mundo de hombres pretendemos, con nuestro trabajo y esfuerzo, romper ese techo y demostrar que todos merecemos las mismas oportunidades. Sólo con la implantación real de medidas que ya se prevén en la Ley de Igualdad de nuestro país, con el cambio de comportamientos o criterios, sería suficiente para lograr un marco de igualdad en el que hombres y mujeres jueguen con las mismas reglas, y donde su capacidad y su vinculación por el servicio público hablen por sí solos.
Hoy, 8 de marzo, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, creemos que es un buen momento para hacernos escuchar y reivindicar, como mujeres profesionales, trabajadoras, compañeras, valientes y con ganas de afrontar nuevos retos, que se valore nuestro trabajo en igualdad de condiciones. Esperamos y creemos que dentro de 10 años, cuando miremos atrás, las cifras se verán muy diferentes y encontraremos que también en el mundo del agua habremos logrado hacernos un hueco y que el sector también habla en femenino.
Ana M. García Soria @soriagar
Cristina González Muñoz
Sonia M. Hernández López @SoniaHermaria
Rosa M. Palomares León
Ana Romero Barahona
Melina Ros Sánchez @ros_melina
Las autoras del artículo somos mujeres que trabajamos en la Comisaria de aguas de la CHS ocupando distintos puestos como Jefas de servicio, de sección o titulados medios. En cualquier caso los datos utilizados son datos contenidos en las RPT´s de los años expuestos, datos que son públicos, y en el apartado Reflexiones hemos querido reflejar nuestro sentir en situaciones que nos ha tocado vivir de cerca. No queremos abanderar ni hablar en nombre de todas las mujeres pero estamos seguras que muchas se verán reflejadas.